En la costa del Mar de Japón, alejada del frenético corredor urbano de Tokio a Osaka, se encuentra Kanazawa, una ciudad que funciona como un portal al Japón del período Edo. Su identidad única no nació de la guerra, sino de una astuta estrategia de supervivencia cultural. Fue aquí donde el clan Maeda, los segundos señores feudales más poderosos después del shogunato Tokugawa, canalizó su inmensa riqueza no hacia los ejércitos, sino hacia las artes. Esta decisión política, diseñada para disipar las sospechas del shogun en Edo, esculpió el alma de una ciudad que hoy rivaliza con Kioto en profundidad cultural, pero que ofrece una experiencia más íntima y accesible. Su propio nombre, que significa «pantano de oro», parece una profecía de la prosperidad que definiría su historia, una historia afortunadamente preservada al haber escapado de la destrucción de la Segunda Guerra Mundial.
En nuestro paseo recorreremos el vibrante mercado Omicho, un festín para los ojos y el paladar, donde la frescura de los mariscos y la variedad de productos locales te dejarán boquiabierto. Para una experiencia más tradicional, visitaremos el distrito de Higashi Chaya, donde las casas de té tradicionales nos transportarán a una época de elegancia y refinamiento, con la oportunidad de presenciar el arte de las geishas. Y para los amantes de la historia, el antiguo distrito samurái de Nagamachi nos espera con sus calles de piedra, canales y casas perfectamente conservadas, una ventana a la vida de los guerreros de antaño.

Ninguna visita a Kanazawa estaría completa sin una parada en el Jardín Kenrokuen, considerado uno de los tres jardines más bellos de Japón, un oasis de paz y belleza natural que cambia con las estaciones.
Pero Kanazawa no se limita a su pasado. La ciudad también abraza la modernidad, como se puede ver en la impresionante estación de tren de Kanazawa, una fusión de arquitectura tradicional y diseño futurista. A lo largo de nuestro recorrido, nos deleitaremos con la gastronomía local de la prefectura de Ishikawa, desde el exquisito curry Kanazawa hasta los delicados dulces japoneses, una explosión de sabores que satisfará todos los paladares.
Acompañenos en esta aventura inolvidable mientras descubrimos los tesoros ocultos de Kanazawa, una ciudad donde la historia, la cultura y la belleza natural se combinan para crear una experiencia única.

Kanazawa es un destino en Japón que está ganando popularidad entre los viajeros, especialmente desde la llegada del tren bala Shinkansen que conecta rápidamente la ciudad con Tokio. Esta conexión ha facilitado que más personas exploren esta joya menos conocida, una ciudad que contrasta con la modernidad vibrante de las grandes metrópolis japonesas y ofrece una visión auténtica del Japón feudal. Situada en la costa del Mar de Japón y famosa por ser el centro de la poderosa familia Maeda, Kanazawa es ideal para quienes buscan descubrir otro rostro del país: una ciudad rica en historia, cultura y paisajes únicos.
Kanazawa no solo destaca por su arquitectura y sus jardines, sino también por sus distritos tradicionales y el cuidado que pone en preservar su patrimonio cultural. Visitar Kanazawa permite experimentar una inmersión en las tradiciones japonesas, desde paseos por sus barrios de samuráis hasta disfrutar de casas de té históricas. Es, en muchos sentidos, una cápsula del tiempo que refleja la riqueza de la cultura japonesa en una atmósfera tranquila y acogedora.
El legado del clan Maeda: el castillo de Kanazawa

Al lado de Kenroku-en se encuentra el Parque del Castillo de Kanazawa, el epicentro histórico desde el cual el clan Maeda gobernó el Dominio de Kaga desde 1583 hasta la Restauración Meiji en 1869. El castillo original fue víctima de numerosos incendios a lo largo de los siglos, y de sus estructuras más antiguas solo sobreviven la imponente Puerta Ishikawa-mon, reconstruida en 1788, y el almacén Sanjikken Nagaya, de 1858. Lo que los visitantes observan hoy es en gran parte el resultado de un meticuloso proyecto de restauración que comenzó después de que la Universidad de Kanazawa, que ocupó los terrenos durante varias décadas, se trasladara a las afueras de la ciudad en la década de 1990. Esta reconstrucción es un acto consciente de recuperación de la identidad de la ciudad, transformando un antiguo símbolo de poder feudal en un espacio público para la apreciación cultural.
El proyecto ha revivido magníficamente varias estructuras utilizando técnicas de construcción tradicionales, permitiendo a los visitantes experimentar el castillo tal como era. Entre las reconstrucciones más notables se encuentran la torreta Hishi Yagura, con su distintiva forma de diamante, el largo almacén Gojikken Nagaya y la torreta Hashizume-mon Tsuzuki. Estas obras no son meras réplicas; son un esfuerzo por preservar las habilidades artesanales que los propios Maeda fomentaron, convirtiendo el castillo en un aula viva de la historia. Además, el castillo es conocido como un «museo de muros de piedra» debido a la asombrosa variedad de técnicas de construcción visibles en sus murallas, que datan de diferentes épocas y reflejan la evolución de las estrategias defensivas.
Recientemente, en 2020, se completó la reconstrucción de la Puerta y el Puente Nezumitamon, que conectan los terrenos del castillo con el área cercana al Santuario de Oyama. Dentro del parque, el Jardín Gyokuseninmaru ofrece un remanso de paz y se ilumina de forma espectacular en noches seleccionadas.
La entrada a los terrenos del parque es gratuita, pero el acceso a los edificios reconstruidos como la Hishi Yagura y el Gojikken Nagaya requiere una entrada de 320 yenes para adultos y 100 yenes para niños de 6 a 17 años.
Jardines Kenroku-en: la belleza de los jardines japoneses

Considerado como uno de los «tres jardines paisajísticos más bellos de Japón», el Jardín Kenroku-en es la obra maestra de Kanazawa y una visita obligada para cualquier viajero. Su origen se remonta a 1676, cuando comenzó a desarrollarse como el jardín exterior privado del Castillo de Kanazawa, un proyecto que las sucesivas generaciones del clan Maeda perfeccionarían durante casi dos siglos antes de abrirlo al público en 1874. Su nombre, que se traduce como «Jardín de las Seis Sublimidades», hace referencia a las seis cualidades esenciales de un jardín perfecto según la crónica china: amplitud, reclusión, artificio, antigüedad, cursos de agua y magníficas vistas; atributos que Kenroku-en combina en una armonía casi sobrenatural.
Este espacio no es simplemente un jardín, sino la manifestación física de la filosofía y la estrategia política de los Maeda. Al ser el segundo clan más poderoso, su riqueza era una amenaza potencial para el shogunato, por lo que invirtieron en actividades culturales para demostrar que su poder era refinado y no militar. Cada elemento del jardín, desde las linternas de piedra hasta los serenos estanques, puede interpretarse como una pieza de teatro político, una declaración de supremacía cultural que imponía respeto sin necesidad de armas.
El corazón del jardín es el gran estanque artificial Kasumigaike, que simboliza el mar. En su centro se encuentra la isla Horai, una referencia a la mítica morada de un ermitaño inmortal, un diseño que expresaba el deseo de los señores por la longevidad y la prosperidad eterna de su dominio. El paisaje cambia drásticamente con cada estación, ofreciendo un espectáculo renovado a lo largo del año. La primavera trae la delicada floración de los ciruelos y cerezos, el verano se viste con el colorido de las azaleas y los lirios, y el otoño enciende el jardín con los tonos rojos y dorados de las hojas de arce, una visión conocida como momijigari.
Sin embargo, es en invierno cuando Kenroku-en revela una de sus imágenes más icónicas: los pinos centenarios cubiertos de nieve, con sus ramas cuidadosamente sostenidas por estructuras cónicas de cuerdas llamadas yukitsuri, diseñadas para protegerlos del peso de las nevadas. Adyacente al jardín se encuentra la Villa Seisonkaku, una elegante residencia construida en 1863 por un señor Maeda para su madre, que hoy funciona como un museo que exhibe diferentes estilos arquitectónicos de la época.
La entrada al jardín tiene un coste de 320 yenes para adultos y 100 yenes para niños de 6 a 17 años; la entrada es gratuita para los mayores de 65 años que presenten una identificación.
El distrito de Higashi Chaya: casas de té y cultura tradicional

Kanazawa es famosa por sus tres distritos de chaya (casas de té), barrios de entretenimiento histórico establecidos en 1820 donde las geishas, conocidas localmente como geiko, entretenían a ricos comerciantes y nobles con música, danza y juegos. La existencia de tres distritos con caracteres marcadamente diferentes ofrece al visitante moderno un espectro curado de la experiencia histórica, desde el bullicio turístico hasta la contemplación silenciosa. Esta diferenciación, probablemente intencionada en su origen para atender a diferentes clientelas, se ha amplificado hoy, permitiendo a cada viajero elegir su nivel de inmersión en el pasado.

El más grande y famoso es el distrito de Higashi Chaya. Sus calles están flanqueadas por imponentes edificios de madera de dos pisos con características celosías kimusuko, un símbolo de estatus, ya que la construcción de edificios de dos plantas estaba prohibida en el período Edo, excepto para las casas de té. Aquí, el pasado se encuentra con el presente en una animada mezcla de tiendas de artesanía, cafés y restaurantes. Dos de sus principales atracciones son la Ochaya Shima, una casa de té histórica conservada como museo, y Kaikaro, una chaya en funcionamiento que abre sus puertas al público durante el día. Este distrito es también el epicentro de la artesanía de pan de oro de Kanazawa, donde se puede encontrar el famoso helado cubierto de oro. La entrada a Ochaya Shima cuesta 500 yenes, mientras que la de Kaikaro es de 750 yenes.
El barrio de los samurai en Nagamachi: explora la vida de los guerreros

A los pies del Castillo de Kanazawa se encuentra el distrito de Naga-machi, el antiguo barrio residencial donde vivían los samuráis del Dominio de Kaga y sus familias. Pasear por sus calles es como retroceder en el tiempo a la era feudal. El ambiente del período Edo se conserva a la perfección en sus característicos muros de tierra amarillenta (tsuchi-kabe), sus puertas de entrada privadas, sus estrechos callejones empedrados y los pequeños canales que serpentean por el barrio. En invierno, una estampa única es la de los muros protegidos del hielo y la nieve con esteras de paja llamadas komo. Este distrito ofrece una lección tangible sobre la rígida jerarquía social del Japón feudal, ya que el contraste entre las diferentes residencias revela las enormes diferencias en el estilo de vida dentro de la propia clase samurái.
La principal atracción del distrito es la residencia Nomura-ke, una casa samurái magníficamente restaurada que perteneció a una familia de alto rango. En su interior se exhiben reliquias familiares y artefactos de la época, pero la verdadera joya es su exquisito jardín interior, una obra de arte paisajística que puede admirarse desde varias de las estancias de la casa. La opulencia de la casa Nomura contrasta fuertemente con la austera sencillez de las viviendas de los ashigaru (soldados de a pie), cuyas casas reconstruidas se pueden visitar gratuitamente en el cercano Museo Ashigaru Shiryokan. Esta comparación directa permite comprender que el término «samurái» no era monolítico; la arquitectura de Naga-machi narra en silencio las diferencias de estatus y riqueza dentro de la casta guerrera, desde los poderosos vasallos hasta el soldado raso. La entrada a la residencia Nomura-ke tiene un precio de 550 yenes para adultos.
Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI: un contraste moderno en Kanazawa

Para quienes buscan un contraste con la historia feudal, el Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI es una parada interesante. Este museo destaca no solo por su arquitectura circular y moderna, sino también por su colección de obras contemporáneas que abordan temas actuales y representan artistas de todo el mundo. Es un espacio donde lo moderno se encuentra con lo tradicional, permitiendo a los visitantes reflexionar sobre el arte desde una perspectiva global en una ciudad profundamente arraigada en la tradición.
Mercado de Omicho: la ruta gastronómica de Kanazawa

Conocido afectuosamente como la «Cocina de Kanazawa», el Mercado Omicho es el corazón culinario de la ciudad, un lugar vibrante que ha servido a locales y visitantes durante más de 300 años, desde el período Edo. Este mercado es más que una atracción turística; es una institución viva que demuestra la continuidad ininterrumpida de la cultura gastronómica de Kanazawa y su profunda conexión con el entorno local. Una visita a Omicho es una inmersión directa en la historia y la geografía de la región, donde la comida cuenta la historia de la riqueza natural que sustentó el poder del clan Maeda y permitió que su proyecto cultural floreciera.

Un laberinto de pasillos cubiertos alberga más de 170 tiendas y puestos que desbordan de vida, con los alegres gritos de los pescaderos anunciando la pesca del día. La oferta es un festín para los sentidos, con un claro protagonismo del marisco fresco traído diariamente del Mar de Japón. Especialidades locales como el cangrejo de las nieves, el pez de cola amarilla (buri) y el camarón dulce (amaebi) son particularmente apreciados durante los meses de invierno, cuando el mercado alcanza su máximo apogeo. Además del marisco, los puestos exhiben productos locales únicos, entre los que destacan las «verduras Kaga» (Kaga yasai), variedades tradicionales que se han cultivado en la región desde antes de 1945.

La experiencia en el Mercado Omicho no se limita a la compra; numerosos restaurantes dentro y alrededor del mercado ofrecen la oportunidad de degustar los ingredientes más frescos en platos como el kaisendon (un cuenco de arroz cubierto con una generosa porción de sashimi) o sushi recién preparado, a menudo adquirido directamente de los puestos vecinos.
La influencia del Mar del Japón en la vida de Kanazawa
La proximidad de Kanazawa al Mar de Japón ha influido en gran medida en su cultura y su gastronomía. Además del mercado, esta cercanía ha permitido a la ciudad desarrollarse como un importante puerto pesquero, y el mar forma parte de la identidad de la región. Kanazawa ofrece playas y vistas costeras que complementan su atractivo como destino turístico.
Para quienes buscan momentos de paz y naturaleza, el litoral de Kanazawa es una excelente opción. Ya sea para disfrutar de la brisa marina o para probar los mariscos frescos en los restaurantes locales, la conexión de Kanazawa con el mar es un aspecto que añade riqueza a la experiencia de visita.
Puerta Tsuzumi-mon y la Estación de Kanazawa

La moderna Estación de Kanazawa, renovada en 2005, es mucho más que un simple centro de transporte; es la puerta de entrada a la ciudad y una obra de arte arquitectónica que sirve de prólogo a la identidad cultural de Kanazawa. Su entrada este está dominada por dos estructuras impresionantes: la cúpula «Motenashi Dome» y la puerta «Tsuzumi-mon». La cúpula Motenashi (que significa «hospitalidad») es una enorme estructura de vidrio y acero diseñada para parecerse a un paraguas gigante, un gesto de bienvenida a los visitantes en una región conocida por su lluvia y nieve. Este concepto de hospitalidad es central en la ceremonia del té, otra de las artes fuertemente promovidas por los Maeda, conectando así un diseño moderno con una tradición centenaria.

Frente a la cúpula se alza la majestuosa Puerta Tsuzumi-mon, una imponente estructura de madera de 13.7 metros de altura que se ha convertido en el símbolo contemporáneo de la ciudad. Su diseño está inspirado en el tsuzumi, un tambor de mano tradicional utilizado en el teatro Noh, una de las formas de arte clásico más apreciadas y patrocinadas por el clan Maeda. Por la noche, la puerta se ilumina, cambiando de color para representar los cinco colores tradicionales de Kaga (carmesí, índigo, verde hierba, ocre y púrpura antiguo). Juntas, estas dos estructuras son una declaración de intenciones: fusionan el pasado y el presente, utilizando un diseño moderno para enmarcar un símbolo de profunda tradición. Comunican de inmediato al viajero el tema central de Kanazawa: una ciudad donde siglos de alta cultura se presentan con sofisticación moderna y un espíritu acogedor.
Qué ver en Kanazawa en un día

Para el viajero con tiempo limitado, es posible capturar la esencia de Kanazawa en un solo día bien planificado. Un itinerario eficiente no es solo una lista de lugares, sino un viaje narrativo a través de los estratos sociales e históricos de la ciudad feudal, desde el mundo de los comerciantes hasta el dominio de los señores. Se recomienda comenzar la jornada temprano en el Mercado Omicho para presenciar el despertar del corazón culinario de la ciudad y disfrutar de un desayuno de marisco fresco, como un revitalizante kaisendon. Desde allí, un corto trayecto en autobús o un agradable paseo lleva al distrito de Higashi Chaya. La mañana es el momento ideal para explorar sus calles históricas antes de que lleguen las multitudes, visitar una antigua casa de té como Ochaya Shima y probar el icónico helado con pan de oro.
Para la tarde, el itinerario se desplaza hacia el centro del poder. Se puede comenzar explorando los extensos terrenos del Parque del Castillo de Kanazawa, admirando sus puertas reconstruidas y sus variados muros de piedra. A continuación, cruzando un simple puente, se accede directamente al adyacente Jardín Kenroku-en. Un paseo por sus senderos, deteniéndose en lugares emblemáticos como el estanque Kasumigaike y la linterna Kotoji-toro, es la forma perfecta de pasar la tarde. A medida que la luz del día comienza a desvanecerse, el recorrido concluye en el distrito samurái de Naga-machi. Sus muros de tierra y canales silenciosos adquieren una atmósfera especialmente evocadora al atardecer. La jornada puede culminar con una cena de Kaga-ryori en los cercanos y animados distritos de Korinbo o Katamachi, completando así un círculo que abarca desde la vida cotidiana hasta la alta cultura de Kanazawa.
Cómo ir a Kanazawa desde Tokio

Viajar de Tokio a Kanazawa es sencillo y ofrece varias opciones para disfrutar del trayecto. La forma más rápida y cómoda es tomar el tren bala Hokuriku Shinkansen desde la estación de Tokio. Este tren conecta ambas ciudades en un recorrido de aproximadamente 2 horas y 30 minutos. Los trenes Kagayaki y Hakutaka son las dos opciones principales del Hokuriku Shinkansen, siendo el Kagayaki el más rápido, ya que hace menos paradas. Ambos trenes están cubiertos por el JR Pass, lo que resulta conveniente si planeas recorrer varias ciudades en Japón.
Para quienes prefieren una opción más económica, los autobuses de larga distancia también conectan Tokio con Kanazawa. Estos autobuses tardan entre 7 y 8 horas en llegar, pero suelen ser considerablemente más baratos. Puedes tomarlos desde varias estaciones de autobuses en Tokio, como la estación de Shinjuku. Los autobuses nocturnos son una alternativa ideal si deseas ahorrar en alojamiento y viajar mientras duermes.
Si deseas una experiencia más panorámica, otra opción es viajar en tren exprés desde la estación de Shinjuku hasta Nagano, y luego hacer conexión con el Hokuriku Shinkansen hacia Kanazawa. Aunque toma un poco más de tiempo, este trayecto te permitirá disfrutar de vistas únicas de la región montañosa.
Una vez en Kanazawa, llegarás a la moderna estación de tren, que es famosa por su llamativa puerta de entrada Tsuzumi-mon, una estructura icónica de la ciudad.
Dónde dormir en Kanazawa

La elección del barrio para alojarse en Kanazawa es una decisión fundamental que puede moldear la experiencia del viaje, permitiendo al visitante decidir si prefiere sumergirse en la atmósfera histórica o tener la comodidad de la vida urbana moderna a su puerta. Cada área ofrece un carácter distinto y una selección de alojamientos para diferentes presupuestos y estilos de viaje.
Para aquellos que valoran la comodidad y la eficiencia, especialmente si planean realizar excursiones de un día o tienen un itinerario apretado, la zona de la Estación de Kanazawa es la opción más práctica. Ofrece una amplia gama de hoteles, desde opciones de lujo como el Hyatt Centric Kanazawa y el Hotel Nikko Kanazawa hasta alternativas más económicas como el Smile Hotel o el Toyoko Inn, todos a pocos pasos de las principales líneas de tren y autobús. Si el objetivo es estar en el corazón cultural de la ciudad, la zona del Castillo de Kanazawa y el Jardín Kenroku-en es ideal. Alojarse aquí significa tener las principales atracciones históricas a la vuelta de la esquina, en un entorno más tranquilo y pintoresco. Hoteles como The Sanraku Hotel Kanazawa y el Mitsui Garden Hotel Kanazawa se encuentran en esta área.

Para los viajeros que buscan una vibrante vida nocturna, compras y una amplia oferta gastronómica, los distritos de Korinbo y Katamachi son el centro neurálgico de la ciudad. Aquí se concentra la mayor parte de la acción, con hoteles modernos como el Tokyu Stay Kanazawa. Finalmente, para una experiencia más auténtica y atmosférica, alojarse cerca del distrito de Higashi Chaya o a lo largo del río Asano es una excelente elección. Esta zona ofrece la oportunidad de alojarse en un ryokan (posada tradicional) como UTAIMACHI, permitiendo una inmersión total en el encanto histórico de Kanazawa en un entorno más sereno y evocador.
Cómo moverse en Kanazawa

Navegar por Kanazawa es una experiencia notablemente sencilla gracias a un sistema de transporte público diseñado pensando en el visitante. Aunque el centro histórico, con sus principales atracciones agrupadas en un radio de dos kilómetros alrededor del castillo, puede explorarse a pie, la forma más eficiente de moverse entre los diferentes distritos es utilizando la red de autobuses. Este sistema no es solo una utilidad funcional, sino una infraestructura turística curada que empaqueta los diversos activos históricos de la ciudad en un circuito fácil de seguir, transformando el centro en un museo al aire libre bien gestionado.
El servicio más útil para los turistas es el Kanazawa Loop Bus. Este autobús opera en dos rutas circulares que conectan la estación con prácticamente todos los puntos de interés: la Ruta Derecha (Right Loop), de color rojo, que se mueve en el sentido de las agujas del reloj, y la Ruta Izquierda (Left Loop), de color verde, que lo hace en sentido contrario. Con una frecuencia de 15 minutos y una tarifa plana de 210 yenes por viaje, es una opción muy conveniente. Sin embargo, para cualquier visitante que planee tomar el autobús más de tres veces en un día, la compra del «One Day Pass» es casi obligatoria. Por un precio de 800 yenes, este pase ofrece viajes ilimitados en el Loop Bus, así como en la mayoría de los otros autobuses locales de las compañías Hokutetsu y JR que operan en la zona central. Además, el pase ofrece descuentos en la entrada a varias atracciones turísticas, lo que lo convierte en una inversión muy rentable. Para los poseedores del Japan Rail Pass, es útil saber que los autobuses de la compañía JR que circulan por la ciudad están cubiertos por su pase.